miércoles, 1 de diciembre de 2010

Taller 1.8


Lo que se percibe que yo soy, me decía a mí mismo en aquella época, depende de desde dónde me estén mirando. Decidí que lo que yo soy es una función –disculpen el modo más bien formal de expresar esto– una función de la distancia del observador. En otras palabras, si ustedes me miran desde dos o tres metros de distancia, dicen: «Hola Douglas» debido a que están a la distancia correcta. Ustedes están donde Douglas se muestra, donde ustedes sujetan su cámara para tomar una fotografía de Douglas. Si ustedes se acercan más a mí, evidentemente pierden a Douglas. Yo soy como un mandala o nido de círculos concéntricos, y si ustedes traen su cámara hasta uno de los círculos o regiones más cercanas de las que rodean mi centro, entonces llegan a un lugar donde obtienen una fotografía de un parche de piel, o un ojo, o los labios, que no son exactamente Douglas, ¿no es cierto? Si se acercan más, buscando Quién soy yo real, realmente, este Misterio interior, entonces llegan a regiones donde pueden obtener fotografías de células, moléculas de proteínas gigantes, moléculas más pequeñas y así sucesivamente. Entonces, me aseguran los físicos, la historia es de átomos y partículas. Y ustedes todavía no están Aquí. Los átomos son espacio casi vacío. Dios sabe qué partículas son o dónde están. Ellas son prácticamente nada, ¿no es cierto? ¿Entonces qué hay en el centro, Aquí? Eso es lo que yo estaba buscando. Yo estaba buscando qué hay debajo del electrón. Tenía una pregunta: ¿Qué hay en el centro? No podía ir más allá del electrón. Eso era todo lo lejos que podía llegar. Los quarks no estaban inventados hace sesenta años. Entonces, me aseguran los físicos, la historia es de átomos y partículas. Y ustedes todavía no están Aquí. Los átomos son espacio casi vacío. Dios sabe qué partículas son o dónde están.Ellas son prácticamente nada, ¿no es cierto? ¿Entonces qué hay en el centro, Aquí? Eso es lo que yo estaba buscando. Yo estaba buscando qué hay debajo del electrón. Tenía una pregunta: ¿Qué hay en el centro? No podía ir más allá del electrón. Eso era todo lo lejos que podía llegar. Los quarks no estaban inventados hace sesenta años.

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